Hace unos días vi el season finale de
Grey's Anatomy sin saber que era season finale. Cuando supe que ya se había acabado la temporada, me dio gusto, porque en serio que ya no quiero seguir viendo esta novela.
Es difícil de explicarlo, pero no sé qué tienen los lunes en la noche, que me encuentro sentada viendo la novela a las 2 am. La veo desinteresada, haciendo otras cosas al mismo tiempo (interneteando o acomodando la recámara o doblando la ropa limpia o limádome las uñas y comiendo bonbones), pero ahí estoy viendo el drama medico de moda todas las semanas.
En la escala de interés, digamos que me interesa más la trama de
Grey's Anatomy que la de
Desperate Housewives, o la de
Lost. Pero me interesa menos que
Gilmore Girls, o
House. La veo una vez a la semana en la tele, pero no la bajo de los torrents cuando hay un capítulo nuevo. ¿Me explico?
En este último capítulo que vi, al personaje de Sandra Oh la dejaron vestida y alborotada en el altar. Y según veo en el
foro del IMDB todos los fans lloraron por este suceso, siendo que mi reacción fue un mero
meh de indiferencia. No sé, está rara la onda, como que veo
Grey's Anatomy nada más para ver en que termina tanto drama tan cursi, pero en sí no tengo un fuerte vinculo emocional con sus personajes, en realidad no me importa si les va bien o mal.
Ahora que ya se terminó la temporada 3, en el Sony sólo van a pasar capítulos repetidos, así que creo que ya puedo dejar de verla para matar el rato.
Good riddance, i say. A ver si con el tiempo que me sobre me dedico a escribir algo para este blog, que ha estado un poco empolvado últimamente. Pero no hago promesas, porque todavía no sé que otros shows pasan a esa hora en los demás canales.