Con estas fotos como evidencia, les puedo decir que a Franklin NO le gusta que le ponga su gorrito de caddy de golf.
En todo el rato que lo tuvo puesto, Franklin no levantó la cabeza, ni se movió para nada. Me sorprendió su reacción (o su falta de ella) cuando le pusimos el gorro: no muerde, no maulla, no patalea, no se mueve, no hace nada. Realmente que odia que le ponga ese gorrito y Franklin lo demostró con una resistencia no-violenta.
Esta es la cara de un gato que de plano no quiere traer un gorro en la cabeza.
El disco de Not too late de Norah Jones estaba de super moda cuando fui a NZ a principios de año, y esta canción en especial la tocaban en todos lados. Cuando regresé a Monterrey, conseguí el disco y pronto se convirtió en uno de mis favoritos.
De todo el disco, Thinking About You en particular me gusta porque me recuerda a Auckland en marzo. Y por eso se convirtió en mi canción favorita del 2007.
Los últimos dos meses del año 2007, los pasé con muchas actividades que tuve que hacer en secreto, porque no quería que nadie supiera qué estaba haciendo. Lo que estaba haciendo era buscar otro trabajo. No le dije a nadie que estaba metiendo solicitudes de trabajo en varios lugares porque no quería que se me salara. También por eso no tenia muchas ganas de escribir en el blog: las nuevas oportunidades de trabajo era lo único que tenía en la mente, pero no lo quise hacer muy público por si no me daban la chamba nueva.
Pero ahora que ya me cambié de trabajo, ya les puedo decir que eso fue lo que pasó: estaba muy ocupada preparándome para cambiarme de trabajo. Porque aparte de que pedían un montón de requisitos, también me hicieron tomar el examen de admisión para la Universidad Virtual, ya que esta nueva chamba venía acompañada de una beca para estudiar una maestría. Entonces tuve que desempolvarme un poco y ponerme a estudiar materias como matemáticas y física, temas que no habita visto desde que estaba en la prepa. Después de mucho estudiar, hice y pasé muy bien el examen de admisión, pero todavía me hicieron ir a mas entrevistas antes de decirme que sí.
Ya cuando casi a fin de año me dijeron que sí, me sentí aliviada, y finalmente pude decir en Milenio algo que había querido decir durante mucho tiempo:
Y así terminó el 2007. Me gustó como se acabó el año: con buenas noticias y con la promesa de un año nuevo mucho mejor.
Pero los primeros días de 2008 no fueron enteramente buenos. Porque todavía estaba el pequeño detalle de tener que cambiar mi horario de trabajo: después de 5 años de trabajar en un horario nocturno, entrar a trabajar a las 8.45 AM se me hizo muy, pero muy difícil. Los primeros días del año los pasé en un estado de semi-zombitud, donde ni dormía suficiente ni estaba bien despierta cuando debía estarlo. Lo bueno es que después de un par de semanas logré cambiar mis horas de sueño, y ya ahora soy toda una daywalker.
