Adiós a Puerto Jerez

Durante 2 años y 3 meses Pedro y yo vivimos en la calle Puerto Jerez, en la colonia Valle de Brisas. Vivimos muy a gusto en un una casita con 2 pisos, 2 baños, 3 recamaras y espacio para poner 4 carros.

Me acuerdo del día que fuimos a verla, un mes antes de casarnos. La casa ya estaba medio vacía porque la señora que vivía ahí ya se había medio ido. Nos pareció una casa enorme, y lo primero que pensamos al verla fue: ¿qué vamos a hacer con tanto espacio? Pero el precio de renta era más que justo, la ubicación era ideal y el señor que la rentaba era una persona muy amable y buena onda. Hasta nos ofreció que diéramos un depósito menor al que había pedido inicialmente, para ayudarnos a decidir. Fue la primer casa que vimos y fue la única.

Fue un bonito lugar para vivir los primeros años de nuestra vida de casados. Como había 3 recamaras cada quien tenía su espacio personal. Y vivimos muy bien ahí.

Aunque no todo era miel sobre hojuelitas en Puerto Jerez. A veces los vecinos usaban nuestros espacios de estacionamiento, y eso me hacía enojar mucho. A veces el vecino de enfrente nos despertaba con su sueño guajiro de ser un baterista, ya no digamos famoso, sino al menos habilidoso. El camión de la basura a veces no se llevaba la mía. El árbol que estaba al frente tiraba muchas, pero muchas hojas. Y nunca supe por qué mi cochera y mi acera amanecían llenas de colillas de cigarro los fines de semana, si nosotros ni siquiera fumamos.

Y después, ni nos dimos cuenta de cómo pasó, pero el espacio en el que vivíamos se fue haciendo más y más pequeño. Ya no había dónde poner las cosas, y más de una vez dijimos de algún mueble "pues está bonito, pero no lo compro porque no tengo dónde ponerlo". No nos quedaba más remedio que encogernos de hombros y encontrar nuevos espacios para todas las nuevas cosas que íbamos teniendo, porque el precio seguía siendo justo (el mismo), la ubicación seguía siendo buena y el señor rentero seguía siendo buena onda.

Estábamos bien en esa casa, cuando recibimos una llamada de una tía de Pedro. Nos ofrecía rentarle su casa. Más barata y más grande y más cerca del trabajo. Y pues contra eso la casa donde vivíamos en Puerto Jerez no pudo competir, así que ya nos cambiamos.

Durante 2 años y 3 meses Pedro y yo vivimos contentos y felices en la calle Puerto Jerez. Ahora que ya no estamos ahí, la extraño un poco. Pero bueno, ahora 2007 nos encuentra en otro lado donde yo creo que vamos a vivir igual de contentos y felices.