Si el destino es aburrido...

Hace poco platicaba con Pedro acerca de los viajes en carretera. Le dije que tenía ganas de que fuéramos a algún lado, sin importar dónde, en carro. Él y yo, on the road. La reacción inicial de Pedro fue: "Pero es que los viajes en carretera son taaaan aburridos...", y después me regaló unas anécdotas que sí, en efecto, harían a cualquiera llegar a la conclusión de que los viajes en carretera son aburridos.

Pero no, me niego a dejarme convencer de que sí lo son, porque yo sé que pueden ser muy divertidos. En mi familia hemos hecho viajes en carro desde Monterrey a diferentes destinos de la República (Mexico City, Matamoros y Oaxaca) y también a Estados Unidos (Mineapolis, Orlando y Denver). Claro, también está el viaje que hicimos mis padres y yo por Inglaterra y Escocia, uno de los más memorables. Y en ninguno de esos muchos viajes me he aburrido aunque sea un poquito.

Yo soy de la opinión que los viajes por carretera pueden ser aburridos, si lo único que hace uno es sentarse y leer, o sentarse y dormir, o en el peor de los casos sentarse y prender el discman (o el ipod) y quedarse dormido escuchando música.

No, a mi lo que me gusta de los viajes en carretera es estar viendo por la ventana el camino que vamos recorriendo. Y platicar con quien quiera que vaya manejando, que casi siempre es mi papá. Ir escuchando discos que sean del gusto de todos los que van en el carro. Me gusta pueblear también, y bajarme a cada rato a comprar café.

Lo que no me gusta de andar en la carretera son los baños de las gasolineras, pero si recorres un camino las suficientes veces, encontraras alguna que tiene unos baños más o menos decentes. Y además te acostumbras a bajarte del carro con un rollito de papel higiénico.

Y eso de ir mirando por la ventana es tremendamente divertido. Siempre hay algo que ver. Como la casa que está en algún lugar entre Reynosa y Matamoros, que se parece a la que construyó la Pantera Rosa. O la iglesia cuchita que está casi llegando a Querétaro. Y por una vez que pasas por ahí y viste algo que te llamó la atención, la siguiente vez que pasas por ahí lo buscas de nuevo. Casi siempre las cosas se quedan en su lugar, y la próxima vez que vuelves a pasar por ahí, ahí mismo están.

Así, hemos recolectado varios landmarks que nos gusta buscar, por ejemplo, en el recorrido Monterrey-México, que creo que es el que más veces hemos hecho. Uno de ellos es el letrero que proclama a Santa María del Río como "La cuna del Rebozo". El otro es la marca del kilómetro casi llegando a Puebla donde una vez tuvimos una ponchadura y nos salimos estrepitosamente de la carretera.

Hay más de esos landmarks, pero casi los he olvidado todos, hace mucho que no voy al DF en carro. A ver si luego Pedro me lleva.

De últimas fechas el camino que he recorrido más veces es el camino Monterrey-McAllen. Hace unos días fuimos para allá, y me dio la oportunidad de buscar uno de esos landmarks que está ya dentro de la ciudad de Reynosa. Esta vez lo busque con muchas ansias, porque quería tomarle una foto con mi celular nuevo. No sé por qué quería tomarle una foto, pero lo hice.

Y aquí esta, la foto del landmark que indica que ya estamos en Reynosa, casi a punto de cruzar la frontera. La foto salio medio de lado porque se me olvidó decirle a mi papá que iba a tomar una foto, pero no importa. Claramente se puede ver la señal del depósito "El Pingüino" que me gusta buscar siempre que paso por ahí. A esta señal le decimos mis hermanas y yo "El pinguino con pantalones".